Sesenta y cinco organizaciones civiles ambientalistas de América Latina, el Caribe e internacionales solicitaron a sus gobiernos adoptar acciones diplomáticas frente a la próxima temporada de caza "científica" de ballenas de Japón en el Océano Austral.
En forma simultánea, 65 ONGs de Latinoamérica, el       Caribe e internacionales que trabajan en conservación marina       regional  solicitaron  a sus gobiernos la adopción de       medidas diplomáticas y de rechazo público a los recientes anuncios       efectuados por el gobierno de Japón en relación a
 retomar,       a partir de diciembre próximo, la denominada caza “científica” de       ballenas en el       Océano Austral.
En Argentina, la solicitud fue entregada, a la       representante de Cancillería ante la CBI, Embajador Susana Ruiz       Cerutti, en forma conjunta por Fundación Ambiente y       Recursos Naturales, Fundación Cethus, Fundación       MaryBio, Fundación Patagonia Natural, Fundación Vida       Silvestre Argentina, y el Instituto de Conservación de       Ballenas.  
“Estamos convencidos que esta solicitud tendrá       una respuesta positiva por parte de las autoridades de nuestro país y que       a través del Grupo Buenos Aires, Latinoamérica continuará  expresando su firme oposición a las       operaciones balleneras de Japón en el Océano Austral. Nuestra región se ha       consolidado como el bloque mas fuerte a favor de la conservación en el       seno de la Comisión Ballenera Internacional por lo cual su voz  tiene un peso de envergadura para        evitar que se continúen los       atropellos contra la moratoria a la caza comercial y los Santuarios”,       sostiene Roxana Schteinbarg, coordinadora       ejecutiva del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).       
En       la solicitud entregada a los representantes de gobierno de los       14 países que integran el Grupo Buenos Aires, las       organizaciones denunciaron el carácter comercial de la denominada caza       “científica” de ballenas afirmando que “bajo el programa (de investigación       letal en Antártica) JARPA II iniciado en 2006, la cuota anual de ballenas       aumentó a casi la mitad de todas las ballenas cazadas al año bajo permisos       especiales (de todas las naciones que han cazado bajo permisos       especiales), alcanzando niveles similares a la cuota anual de caza       comercial de ballena       minke antártica, antes de la implementación de la moratoria”.       
“Además       de constituir una fachada para encubrir operaciones balleneras de carácter       comercial y violar la moratoria sobre la caza comercial, el programa de       caza “científica” del Gobierno de Japón en la Antártica representa una       creciente y preocupante amenaza para la gobernanza del Océano Austral, la       seguridad de la vida humana en alta mar y la protección del delicado       ecosistema marino antártico” agregan.
Al       respecto las organizaciones alertan que “la desafiante posición del       Gobierno de Japón, respecto a enviar una nave patrullera con el fin de       proteger a la tripulación ballenera, amenaza gravemente los principios       establecidos por el Tratado Antártico como una zona de paz y libre de       armas (…) situación que resulta aun más preocupante debido a la falta de       transparencia sobre el tipo de embarcación, personal e instrumentos de       defensa que serían utilizados”.
“En       este complejo contexto creemos que la defensa de la paz de la zona       antártica resulta crucial para asegurar la gobernanza del Océano Austral”,       afirman.
Para       Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro       de Conservación Cetacea de Chile “resulta inaceptable que el       gobierno japonés convierta nuevamente las aguas del Santuario de Ballenas       del Océano Austral en el escenario de la masacre de cientos de ballenas       que se encuentran protegidas y que ahora busque convertir la antártica en       una zona conflicto que podría amenazar gravemente el delicado ecosistema       antártico y la seguridad de la vida       humana”.
En       relación a las operaciones de la flota ballenera, las 65 organizaciones       aseveran que el delicado ecosistema antártico se ve amenazado por las       operaciones balleneras y recordaron que “en agosto del presente año       entraron en vigencia medidas que prohíben la operación de naves con       combustible pesado en aguas antárticas, que es el tipo de combustible       utilizado por la nave (japonesa) Nisshin Maru”. Al respecto, las       organizaciones cuestionan que el anuncio del gobierno de Japón no entregue       ninguna información sobre el tipo de combustible que será utilizado por       esta embarcación durante la próxima temporada de caza       “científica”.
En       este contexto Juan Carlos Cárdenas, director       del Centro       Ecocéanos de Chile señaló "La       conservación de las poblaciones de ballenas y la mantención de la paz en       aguas del Océano Austral, constituyen un tema de soberanía, gobernanza y       cooperación internacional , lo que quedaría reflejados en el envío de una       clara señal diplomática de rechazo a Japón por parte del GBA , en el       ejercicio de los históricos intereses y responsabilidades que poseen los       países ribereños latinoamericanos en el continente       Antártico".
Las       organizaciones concluyen la solicitud afirmando que “como organizaciones       de la sociedad civil comprometidas con la conservación del medio ambiente       marino, la efectiva conservación de los cetáceos, la paz y la defensa de       todas las formas de vida, vemos con profunda preocupación la reprochable       conducta del Gobierno de Japón, el cual, tanto dentro como fuera del       ámbito de la plenaria de la CBI sigue mostrando su nula disposición a       mejorar el funcionamiento de éste importante organismo internacional. En       consecuencia y conocedores de su vocación por la conservación y el respeto       a las normas y convivencia internacional, solicitamos al Grupo Buenos       Aires adoptar urgentemente acciones diplomáticas en rechazo a los       recientes anuncios del gobierno japonés y enviar una clara y sólida señal       pública de oposición a la matanza de ballenas y la posible militarización       de la Antártica.”
El Grupo       Buenos Aires fue creado en 2005 con el objetivo de fortalecer una posición       regional fuertemente comprometida con la conservación y el uso no letal de       estos mamíferos marinos y actualmente cuenta con representantes de       Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala,       México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y       Venezuela.

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