Descubre las bondades del arroz, un milenario cultivo

El arroz es sabroso y versátil, el cereal por excelencia. En sopas o como plato principal en los risottos, guisos, paellas y woks, como acompañamiento de aves, carnes y pescados, en postres o bien como sustituto del pan, el arroz es un excelente alimento.

Cada vez se cultivan más variedades de arroz: dulces, aromáticas y el arbóreo.  Las diferencias principales entre ellas son las características a la hora de cocinar, la textura y el sabor. Desde el punto de vista nutricional,  son similares y pueden usarse indistintamente, dependiendo de la receta.
La variedad de grano largo tiene un cuerpo tres o cuatro veces más largo que ancho. Debido a la composición del almidón, los granos cocidos se separan, son livianos y suaves. Los de grano medio tienen un cuerpo más ancho y corto, y al estar cocidos son más húmedos y tiernos que los de grano largo y tienen tendencia a pegarse.
Por último, los de grano corto tienen un cuerpo redondeado y gordo, que cuando están cocidos son suaves y se mantienen juntos, aunque se diferencia cada grano.
El arroz integral todavía conserva el salvado, lo que le da el color tan característico, su textura chiclosa y el sabor a fruto seco. Al mantener la capa externa, lo hace un alimento totalmente integral, rico en vitaminas, en especial del grupo B y minerales. Necesita un tiempo más prolongado de cocción, de alrededor de 40 a 45 minutos. 
  Al arroz blanco se le retira la capa externa del salvado hasta que el grano se torna blanco  mientras que al arroz parboilizado se lo somete a un proceso de vapor y presión, logrando la gelatinización del almidón dentro del grano, y se obtiene un grano firme pero que se mantiene separado una vez cocido.
El arroz pre cocido, también llamado instantáneo, es blanco o negro que han sido cocidos totalmente y luego deshidratados, lo que reduce el tiempo de cocción.
Dentro de las variedades más aromáticas se encuentran el jazmín o thasmin, de grano largo con un sabor bien característico y similar a frutos secos tostados. Tiene granos suaves y bien húmedos, mientras que el basmati, de grano largo, al cocinarse resulta  un grano bien alargado. 
Por último, y dentro de los menos comunes, se encuentra el arroz rojo que, al igual que el integral  sigue manteniendo la capa de salvado, de sabor similar a la nuez y el negro o salvaje que también mantiene la capa de salvado. Estos dos arroces necesitan un tiempo de cocción un poco más largo que los blancos.
El arroz aporta beneficios a la salud, siempre y cuando se prefieran sobretodo las variedades integrales, ya que el arroz blanco, al ser sometido el proceso de refinamiento y pulido se le quita el salvado y pierde entre el 70 al 90% de las vitaminas del complejo B, fósforo, hierro y manganeso.
A pesar de esto, el arroz blanco es recomendable para aquellas personas con afecciones gastrointestinales como el colon irritable, gastritis, úlceras, entre otros, por su bajo contenido en  fibra.
El arroz integral aporta fitonutrientes  que otorgan beneficios extra a la salud. Entre ellos se encuentra el ácido ferúlico un antioxidante que combate contra los radicales libres y protege contra el daño oxidativo inducida por las radiaciones.
Además este mismo ácido junto con otros fitonutrientes disminuye el riesgo de presión arterial, cálculos renales y previenen ciertos tipos de cáncer. Es significativo el aporte de minerales con actividad antioxidante como el manganesio y  el selenio. Por lo visto anteriormente esto beneficios se obtienen al consumir las variedades integrales.


¿Otros beneficios?
Ayudan a controlar el peso corporal debido a que la fibra otorga mayor sensación de saciedad, comiendo menos cantidad, promueve la salud cardiovascular al aportar selenio y magnesio, mineral que relaja los nervios y los músculos, promoviendo el óptimo funcionamiento de los vasos sanguíneos. Al aportar fibra regulariza la función intestinal y mantiene el sistema gastrointestinal saludable. 
Al ir al supermercado, ya sabrás qué arroz llevarte a casa!


fuente: estilodevida.latam.com