19 diciembre, 2011


Bolivia: la Naturaleza tiene derechos por Ley


La naturaleza tiene derechos, dice ley promulgada en Bolivia

Bolivia está por convertirse en el primer país en la historia de la humanidad en pasar una ley que le confiere a la naturaleza derechos que la ponen a la par con el ser humano. Tal medida establece un nuevo precedente en las relaciones entre nuestra civilización industrial y el sistema matriz que la sustenta, y promete tener repercusiones en las leyes ambientales de otros países, como alegó el activista canadiense Maude Barlo.

Lo que es particularmente novedoso--y no menos sorprendente--es la re-contextualización de las relaciones humanas con el resto de la naturaleza; relación que hasta ahora había sido considerada exclusivamente desde el punto de vista humano, con un modelo industrial que es relativamente parasítico, tanto de facto como de jure.
 
La ley de Morales le confiere a la naturaleza el derecho a la vida y a la subsistencia; el derecho a llevar a cabo sus ciclos naturales libres de la intervención desmedida del ser humano. También incluye previsiones en contra la manipulación genética y la polución, además de abrogar ciertos proyectos de infraestructura con el potencial de alterar ecosistemas.
 
Todo esto está propuesto bajo el marco de un nuevo concepto de naturaleza en el ámbito jurídico; la naturaleza es mas una bendición que simplemente un bien o materia prima.
 
La postura del presidente Boliviano Evo Morales en cuanto a la conservación del medio ambiente es conocida, y desde sus inicios como defensor de los plantadores de hoja de coca, ha intentado modelar su política en conjunción con sus valores indígenas que incluyen el respeto a la madre naturaleza.
 
Esta ley ocurre en un momento cuando existe una preocupación general por la desaparición de los glaciares Andinos en Bolivia debido al calentamiento mundial, y cuando Bolivia enfrenta una pobreza que en gran parte no puede dispensar de los futuros beneficios que las industrias, tanto la minera como la de litio, pueden representar para el futuro económico de la nación.
 
Sin embargo es de admirar que sorteando las conveniencias de momento, Bolivia haya afrontado la cuestión filosófica del impacto humano en el equilibrio de la naturaleza, y establecido directrices para un nuevo tipo de sociedad más responsable y consciente de su impacto ambiental. Esto fuerza a las instituciones y al ingenio humano a orientar la tecnología por un camino más sostenible e interdependiente.
 
Y aunque no creo que llegue el día cuando en Bolivia nos darán un ticket por arrancar una flor en un parque, sí habrá rigor contra aquellos que ven al planeta solamente como un producto, y quienes de ser por ellos, ya habrían cotizado al aire, al sol y a los océanos en la bolsa. O al planeta.

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