13 marzo, 2011


Evaluan el incidente en Fukushima y sus consecuencias

Evaluar el accidente en el reactor de Fukushima I no es sencillo ni siquiera para los expertos: a pesar de las convenciones internacionales a las que Japón adhiere, y que exigen que se notifique en tiempo y en detalle, el gobierno de Naoto Kan demoró varias horas en comunicarse con la oficina de emergencias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sólo anoche, la organización con sede en Viena había comenzado a recibir datos más precisos de lo sucedido.
 
"No tenemos mucha idea de lo que está pasando, porque no hay información fehaciente. Y no es bueno estar especulando", advirtió el ingeniero argentino Abel González, director de seguridad del OIEA y una indiscutida autoridad en el tema, que ayer estaba de paso por Buenos Aires.
 
El OIEA establece normas de seguridad nuclear y hace alrededor de una década estipuló reglas de diseño contra tsunamis, pero no está claro si la central japonesa, construida en los años setenta, las cumplía.

Una central nuclear es como una caldera en la que se calienta agua, con la única diferencia de que en lugar de emplear gas, carbón o petróleo, para producir calor se usa la fisión del uranio, una reacción que ocurre en el núcleo atómico y cuyo subproducto son neutrones libres, fotones y otros fragmentos.
 
"Cuando el átomo se fisiona -explicó el físico nuclear Mario Mariscotti, integrante de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales-, quedan dos fragmentos relativamente pesados que, al frenarse en el medio en que se encuentran, generan calor, pero también muchos neutrones que producen otras fisiones y permiten mantener la reacción en cadena."
 
En los reactores como el de Fukushima I, ese calor hace hervir agua y el vapor se usa para mover turbinas que producen electricidad. Para detener la operación, se "bajan" al núcleo del reactor barras de boro o cadmio, que absorben neutrones y apagan la reacción.
 
Pero queda un calor residual. "Es como cuando uno deja de arrojar carbón a una hornalla y quedan cenizas ardientes -ilustró González-. En los reactores, hay sistemas de refrigeración, pero si fallan, hay unos motores diésel que hacen funcionar una bomba para sacarlo. En este caso, no sólo se paró la central, sino que además vino el tsunami e inundó la casa de los diésel. Suponiendo que falle todo, hay un último elemento que nosotros llamamos de mitigación: un edificio que contiene absolutamente todo y evita fugas de radiación."
 
De los seis reactores que tiene la central de Fukushima I, tres estaban en funcionamiento y se apagaron automáticamente. En uno de ellos, el sismo dañó el circuito de agua que extrae el calor excedente. "La temperatura y la presión fueron subiendo y, al parecer, decidieron liberar gases y vapor de agua a la atmósfera para evitar que siguieran aumentando", agregó Mariscotti.
Como medida extraordinaria, las autoridades luego decidieron inundarlo con agua de mar para evitar que la situación se descontrolara.
 
"La radiación que recibió uno de los operadores fue de 10 rems, una dosis equivalente a 50 radiografías de pulmón, pero que está dentro de los niveles que las autoridades internacionales consideran aceptables en una emergencia y es 40 veces menor que la que aún nos dejaría una chance del 50% de sobrevivir", aclaró el científico.
El peligro para la salud de las fugas de radiactividad que llevaron a decidir la distribución de pastillas de iodo entre la población (para evitar que la tiroides absorba el iodo radiactivo) también es difícil de medir, porque se desconoce cuánta fue, de qué tipo y la influencia de diversos factores atmosféricos que inciden en su dispersión.
 
Los reactores argentinos

Pero aunque inspire temores de todo tipo, lo que para los científicos parecía claro era que el accidente de Fukushima está lejos de ser otro Chernobyl, una central que no tenía edificio de confinamiento y en la que el núcleo del reactor se "desparramó" por todos lados.
 
Más allá de que no están sobre un área sísmica, ¿podría ocurrir así con los reactores argentinos? "Creo que tenemos que estar orgullosos -dijo González-, porque el edificio de contención de Atucha es uno de los más seguros del mundo. Tiene forma de esfera, que es más eficiente para soportar la presión. Obviamente, hacer un contenedor esférico cuesta mucho: la chapa tiene unos cinco centímetros de espesor. Pero, además, tiene otra esfera de hormigón por fuera, con una tasa de escape de muy largo tiempo."
 
LOS EFECTOS DE LA RADIACION EN LA SALUD
 
Primeros efectos en la salud

Las náuseas y los vómitos suelen comenzar en cuestión de horas de exposición, seguidos de diarrea, dolores de cabeza y fiebre.
 
Medicamentos eficaces

Hay drogas que aumentan la producción de glóbulos blancos para contrarrestar los daños en la médula ósea y evitar infecciones.
 
Enfermedad oculta

Tras los primeros signos, viene un período sin enfermedad aparente, pero puede ser seguido, en pocas semanas, por síntomas nuevos y más graves.
 
El mayor riesgo de la radiación

El cáncer es el mayor riesgo, pero también puede haber mutación genética que se transmite a los hijos, como cerebro pequeño o malformación de ojos.
 
Que hacer en un principio

Lo primero que se debe hacer es minimizar la contaminación, quitarse la ropa y los zapatos y lavar suavemente la piel con agua y jabón.
 
Los niños son mas vulnerables

Debido a que sus células crecen más rápidamente, los niños son los más vulnerables a la radiación, que les puede provocar cáncer de tiroides.
 
Fuente: Nora Bar  - La Nacion

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