Para el profesor Lajmanovich los ecosistemas están enfermos y nos están dando señales. A nivel mundial y desde hace varias décadas se han incrementado las observaciones de malformaciones, enfermedades y declinaciones en las poblaciones de algunos grupos de animales considerados “bioindicadores altamente sensibles” como los anfibios (ranas y sapos). También se han producido extinciones de especies y la mayoría de los ecosistemas del mundo están siendo perturbados por todo tipo de acciones humanas. Especies no relacionadas son afectadas por malformaciones, situación que estaría indicando que el origen de las mismas no sería genética, sino ambiental”. Lajmanovich es el director del equipo de trabajo de la cátedra de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral.
A su vez establece que “las anormalidades encontradas contribuyen a una tendencia global de declinación en las poblaciones animales y son indicativas de amenazas ambientales para la salud humana. La mayoría de las anomalías reportadas en ranas y sapos son: miembros deformes, miembros extras, ausencia de ojos, ausencia de miembros y miembros divididos”.
Entre las causas de dicho fenómeno se halla “la acción de parásitos, la mayor incidencia de la radiación ultravioleta y principalmente se ha comprobado que la contaminación producida por agrotóxicos causa malformaciones esqueléticas en anfibios”, añadió.
El impacto de los agroecosistemas sobre la fauna silvestre, particularmente sobre los anfibios tienen en el glifosato “como un potencial agente teratógenico que produce malformaciones en anfibios, no sin antes advertir que el incremento en su uso traería innumerables inconvenientes”.
Uno de los estudios postula al glifosato como un potente inhibidor de las enzimas colinesterasas y también figura otro que demuestra cómo la fauna silvestre (en este caso, los anfibios) está en un serio riesgo ecológico por el avance de los cultivos de soja. “Otra contribución de este año, está dado por el marcado efecto que tienen las pulverizaciones sobre los cultivos de arroz que impactan en forma directa sobre la fauna silvestre”, reseñó el director de la investigación.
La cátedra de Ecotoxicología también ha investigado la implicancia de los anfibios en el control biológico de los cultivos de soja; el impacto de los agroecosistemas sobre las poblaciones de anfibios anuros del Litoral Fluvial Argentino: Diversidad, Monitoreo y Conservación y Evaluación de la potencialidad de las pieles de anfibios como nuevas fuentes de péptidos antimicrobianos, entre otras temáticas.
A su vez mencionó que detectaron en Entre Ríos, “en coincidencia con el mayor uso de agrotóxicos y el aumento de la deforestación para expandir el área sembrada, producida en los últimos años, un notable incremento de casos de malformaciones esqueléticas en ranas que muestran deformidades consistentes en la fusión y reducción de huesos de las extremidades, miembros supernumerarios”. Uno de esos hallazgos se produjo en el área natural protegida “Parque General San Martín”, que está en La Picada, Entre Ríos, sobre la cuenca de desborde del arroyo Las Conchas que desemboca en el río Paraná.
Asimismo, informó que en “ambientes acuáticos y tejidos grasos de animales, se han determinado concentraciones de insecticidas organoclorados (endosulfán) que se encuentran por encima de las normas de permisibilidad y en el suelo de la provincia se han registrado diversos compuestos ecotóxicos como por ejemplo, atrazina y 2,4-D”, precisó.
Por otra parte, Lajmanovich destacó que “la eutrofización (en general, consecuencia directa del uso masivo de fertilizantes) que se produce en los cuerpos de agua, provocan alteraciones reproductivas diversas y se está empezando a comprobar la acción de disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal)”. En ese mismo sentido, en sus investigaciones también describen “el potencial que tienen los anfibios como controladores biológicos (al alimentarse de artrópodos considerados plagas)” y postulan importantes cambios funcionales en las estructuras de sus comunidades. “Otras líneas de evidencia, a través de estudios hematológicos, han determinado la presencia de sustancias genotóxicas (que alteran el material genético, como por ejemplo la cipermetrina el endosulfan o el glifosato). Se registraron casos alteraciones hematológicas compatibles con estados inmunitarios deficientes para la fauna silvestre”, remarcó.
La problemática en estudio obedece a múltiples factores –subrayó–, “sin embargo, uno de los factores clave a tener en cuenta son los efectos no deseados de los agroquímicos. Estas sustancia xenobióticas (xeno: extraño y bio: vida) son difícilmente metabolizadas por los organismos y evolutivamente no existen mecanismos biológicos para ello, es por esto que la única solución es limitar y extremar las precauciones en su uso”.
fuente: http://www.medioymedio.com.ar/nacionales/2817-el-glifosato-enferma-los-ecosistemas.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario