Los llaman jóvenes embajadores ambientales. Un nombre bien elegido. Es que cada año, desde 1998, se repite un ritual al que aspiran muchos estudiantes y recientes graduados universitarios vinculados con el medio ambiente o con el desarrollo de tecnologías limpias. La propuesta es tentadora: pasar una semana de capacitación en un país que la grandísima mayoría jamás pensó que podría conocer. Llegaron desde 18 naciones de tres continentes, todos con una denominación común: países no centrales, o, como se les dice ahora nuevas economías en rápido crecimiento. Fueron 50 embajadores ambientales seleccionados entre 1700 concursantes y la Argentina participó por primera vez, representada por dos estudiantes de Ciencias Ambientales de la UBA. La condición para presentarse al concurso es que el proyecto verde se esté aplicando. El premio, para tres de ellos (que esta vez fueron cuatro, uno compartido), consiste en 1000 euros para continuar con sus emprendimientos. Y, para todos, el viaje, esa aventura inolvidable. Durante esa semana, los chicos van aflojando vergüenzas y miedos y terminan intercambiando algo más que direcciones de mail. Es un cruce asombroso de culturas, colores y costumbres: hay indios, chinos, vietnamitas, camboyanos, africanos... El lenguaje en común es el inglés, pero entre los grupos de cada país se sigue hablando la lengua local. Algunos intentan enseñar palabras en chino a los que hablan español, o un dialecto africano a los que se comunican cotidianamente en vietnamita. Además del color de la piel, las costumbres, el idioma, la religión o las vestimentas, también son diferentes las carreras: Comunicación, Enfermería, Biología, entre otras. Para algunos, es el primer contacto con el frío. Y este otoño-invierno europeo no ha sido precisamente benévolo. Envueltos en camperas azules, con guantes, bufandas y capuchas impermeables, los representantes de Sudáfrica, Indonesia o Filipinas tiritan, pero no dejan de sonreír. Para muchos, esta aventura de una semana en Alemania ha sido su primer viaje fuera del país, la primera vez que han subido a un avión o se hospedan en un hotel. Ya ha pasado otras veces: parece que en muchos hogares de la India no hay bañeras sino duchas, entonces este año también han tenido que explicarles con toda delicadeza a los representantes de ese país que el duchador manual es para usar dentro de la bañera y no fuera de ella. Durante la semana de estudio participan de actividades en la ciudad y alrededores: visitan la planta incineradora de Bürrig, las plantas de reciclado y eliminación de residuos de Leverkusen, depuradoras de los ríos Emscher y Lippe, empresas de clasificación y reciclado de envases.
Por Gabriela Navarra
Más información: www.unep.bayer.com // www.unep.org/tunza // http://www.tuhuellaclimatica.com.ar/
Info www.lanacion.com.ar
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