El Gran Chaco Americano es la ecorregión boscosa más extensa del continente después del Amazonas y la más grande de bosques secos de América del Sur. Se extiende desde latitudes tropicales (18°S) hasta ambientes subtropicales (31°S), presentando una gran variedad de climas y relieves que dan origen a una amplia diversidad de ambientes; desde pastizales, esteros y sabanas –secas e inundables– hasta bañados, salitrales, sierras y ríos; y, por supuesto, una gran extensión y diversidad de bosques y arbustales. Esta gran cantidad de ambientes distintos se traduce en una alta diversidad de especies animales y vegetales que hacen del Chaco un área clave para la conservación de la biodiversidad. En esta ecorregión, se conocen más de 3400 especies de plantas, alrededor de 500 especies de aves, 150 de mamíferos, 120 de reptiles y aproximadamente 100 de anfibios.
En la Argentina, esta región abarca las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa, norte de Santa Fe, Córdoba y San Luis, oeste de Salta, Tucumán, La Rioja y Catamarca, y el este de Corrientes.
Los bosques son una importante fuente de materias primas para los pobladores del Chaco. Brindan madera, leña y carbón, así como múltiples frutos comestibles, forraje, fibras y productos medicinales. Una importante población rural mantiene su ganado al resguardo del sol dentro del monte, donde los animales también se pueden alimentar de las plantas nativas, sobreviviendo a las intensas sequías que afectan a las pasturas.
Asimismo, los bosques chaqueños reducen el impacto de las inundaciones durante las torrenciales lluvias del verano, y son fundamentales en la captación, almacenamiento y purificación de gran parte del agua que fluye por la Cuenca del Plata, que abastece a la mayor parte de la población e industrias de Argentina.
Sin embargo desde hace más de un siglo, esta región enfrenta la pérdida sostenida de su patrimonio natural y cultural a causa del uso no planificado de los recursos. La explotación maderera para distintos usos (tanino, durmientes, madera, postes, carbón) siempre fue realizada bajo una racionalidad minera. Mientras que la ganadería bajo monte (bovina y caprina, fundamentalmente de subsistencia) padeció la ausencia total de prácticas de manejo, generando procesos generalizados de sobre pastoreo y en algunos casos de desertificación. Otro aspecto es el reemplazo de bosques por pasturas y cultivos. Por este proceso en los últimos veinte años se perdieron mas de dos millones de has de bosques chaqueños en Argentina, lo que representa aproximadamente el 10% de su superficie.
fuente: http://www.vidasilvestre.org.ar/que_hacemos/nuestra_solucion/gran_chaco.cfm
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