22 noviembre, 2010


Ahorrar en Energia

Ahorrar energía no significa necesariamente estar a oscuras, apagar el aire acondicionado ni abandonar los electrodomésticos de por vida. Con usar los recursos a conciencia es suficiente. Todo el que decida cambiar, y lo haga, algunas costumbres de derroche puede ayudar así a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y, además, a cuidarse los bolsillos.

"En la Argentina, el sector energético genera casi el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del cambio climático. El aumento global promedio de temperatura ya se encuentra en los 0,8ºC, en relación con los registros del último siglo", cuenta Carlos Tanides, responsable del Programa Cambio Climático y Energía de la Fundación Vida Silvestre Argentina. El resultado de estas temperaturas: derretimiento de glaciares, fenómenos climáticos extremos, acidificación de océanos, cambios en los hábitats y pérdida de la biodiversidad.

Como si esto fuera poco, los GEI también traen contaminación en la atmósfera, en el agua; la destrucción de hábitats, y la degradación de tierras provocada por la construcción de grandes obras destinadas a generar energía.
 
"Desde hace algunos años, en nuestro país se sienten los efectos de un consumo excesivo de energía", dice María Fernanda Ruano, asesora de Proyectos de la Fundación Hábitat y Desarrollo, ONG que se dedica a desarrollar iniciativas para conservar sitios naturales del país, promoviendo tareas de conservación, cuidando paisajes naturales y biodiversidad.
 
Datos clave: nuestro sistema energético actual se apoya en recursos no renovables, como el petróleo, el gas y el carbón, mientras que la producción y el uso de la energía representan uno de los mayores responsables del calentamiento global. Entre los artefactos que más energía consumen figuran la heladera, las lámparas, el aire acondicionado, el lavavajillas, el lavarropas y la suma de todos los equipos en modo de espera ( stand by ). Pero, por supuesto, pueden variar en función de los watts de cada uno de éstos y del tiempo que se los utilice.
 
Un consejo de Tanides: antes de comprar un electrodoméstico, confirmar que lleve la etiqueta de eficiencia energética. Por ahora, en nuestro país, este sistema es obligatorio para heladeras, lámparas y equipos de aire acondicionado. Y en el futuro se extenderá a muchas más cosas, como motores eléctricos, equipos de gas, autos, puertas, ventanas, e incluso viviendas.

"El uso racional de la energía no busca recortar los recursos, sino hacerlos eficientes. Esto implica el no desperdicio de la energía y su utilización a conciencia. No hay que malgastar un recurso que está empezando a escasear", cuenta Matías Arzálluz, director ejecutivo del Instituto Argentino para el Desarrollo Sustentable (IADS), ONG formada por profesionales de diferentes rubros (economía, ingeniería, ecología, ciencia política, derecho) especializados en temas ambientales y de desarrollo sustentable.
 
Todos los días hay muchas acciones que pueden ponerse en práctica en la casa, el trabajo, los negocios, los colegios, y que ayudan a reducir el consumo de energía. Por ejemplo: Arzálluz aconseja sustituir las lámparas convencionales (incandescentes) por las eficientes (fluorescentes compactas y halógenas de bajo voltaje), que dan la misma luz, duran ocho veces más y ahorran hasta un 80% de energía. Cuando se compra un electrodoméstico, es muy importante tener en cuenta lo que consume. A mayor eficiencia, menor consumo. Además, propone apagar el televisor, el reproductor de DVD, el aparato de música o la computadora cuando no se usan.
 
Ruano agrega más alternativas: no prender la luz si no se necesita, y en su lugar aprovechar la luz natural durante el día; usar las opciones de ahorro energético (hibernación, stand-by , etcétera) que ofrezcan computadoras e impresoras, así como regular el aire acondicionado o la calefacción a una temperatura de entre 21ºC y 24ºC.

Info www.lanacion.com.ar

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