Algunas decisiones aparentemente banales esconden una dosis de responsabilidad. Se puede cuidar o descuidar el planeta a través de la simple compra de una cartera, un cuaderno o una silla. Aunque el diseño sustentable apenas asoma por la Argentina, aparecen nuevos objetos ecológicos que vale la pena conocer.
"En diseño es tan importante tener en cuenta lo ambiental y usar materiales orgánicos como la transparencia en la cadena productiva en el nivel social", expresa Victoria Salías, coordinadora de Moda del Centro Metropolitano de Diseño y profesora de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires.
"Existe un modelo de empresa muy establecido en el mundo. Cuando estuve en Asia visité fábricas que me generaron una inquietud como joven diseñador y entonces decidí armar mi compañía", cuenta Rodrigo Chapero, fundador de Baumm, junto al fotógrafo Lukas Desimone, que fabrica a mano bolsos a partir de carteles publicitarios reciclados y de parapentes en desuso.
Los diseñadores que intentan disminuir el impacto ambiental suelen tener dificultad para conseguir los materiales reciclados y la mano de obra para trabajar en ellos.
"La producción es más complicada que si uno usara un material que se compra por metro en cualquier lado. Hay que buscar las cámaras en las gomerías, lavarlas varias veces, y la mayoría de los talleres de confección no quieren saber nada cuando caigo con un montón de cámaras enormes de colectivo. Cortar y coser este material no es fácil", detalla Deby Piwnica, que desde Neumática diseña carteras, bolsos y cinturones que se hacen con caucho de las ruedas de bicicletas, colectivos y autos.
"Es difícil acceder a maderas con certificación de bosques reforestados, así como conseguir material de descarte para hacer una producción continua. Además, es más fácil hallar proveedores para fabricar vasos de vidrio normales y no para hacerlos con botellas en desuso", cuenta Natalia Hojman, fundadora de Kuku Design, orientada a muebles y bazar a partir de materiales de descarte.
"En el diseño tradicional, generalmente todo está enfocado al producto y a su modo de uso -sigue Hojman-. "Pero en ecodiseño se trata de ver el producto como un sistema. Se tiene en cuenta la elección de materias primas, cómo se procesa el producto, cómo se embala, cómo se usa y cómo se descarta. Es fundamental tener en cuenta estas cinco etapas."
Y Chapero habla de su grano de arena: "Con nuestro trabajo disminuimos la cantidad de basura y reducimos la energía, que de otra forma se destinaría a fabricar materia prima nueva. Generamos bolsos únicos y eso es posible utilizando material reciclado".
"Las cámaras tardan 500 años en biodegradarse, y si se queman son tóxicas para el medio ambiente, así que transformarlas en accesorios de diseño de uso cotidiano es una pequeña, pero buena solución", afirma Piwnica, que compra por mes entre 100 y 150 cámaras. "Por suerte, hace unos meses se abrió la primera planta de reciclado de neumáticos del país", festeja. Y no es para menos si uno piensa que en la Argentina se tiran 100.000 toneladas de neumáticos por año.
"Lo principal es darse cuenta de que se puede extender la vida útil de algo que uno pensaba tirar", recomienda Hojman, que, a través de las redes sociales, lanza convocatorias para conseguir lamparitas quemadas y convertirlas en macetas, por ejemplo. Las bombitas las compra con los kukupesos , que sirven a los clientes para adquirir productos en el local.
"Cada vez hay más conciencia: no sólo los diseñadores independientes, sino también algunas marcas están empezando a trabajar con materiales orgánicos. Habría que usar colorantes al agua o pigmentos al agua en lugar de fibras derivadas del petróleo", comenta Salías. "También hay casos interesantes que tienen que ver con la reutilización de materiales, como botellas de PET que se transforman en hilados para prendas. Los desafíos pasan por ahí", concluye.
fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1317916
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