28 agosto, 2010


America Latina y la Mineria

Los gobiernos de América latina, que usualmente siguen de cerca los multimillonarios proyectos de mineras multinacionales, tendrán que prestar más atención a las condiciones de seguridad en las que se explotan los yacimientos medianos y pequeños tras los recientes accidentes en la región.

El derrumbe de una mina en Chile, en la que 33 trabajadores llevan atrapados tres semanas, y el colapso de un túnel, el martes último, en una mina informal de oro en Venezuela han expuesto los peligros que conlleva el oficio en pequeños yacimientos, lejos del sofisticado mundo de modernas instalaciones, según dijo un experto en seguridad.
 
Y mientras los reguladores y organismos de control se concentran en las minas cuya construcción cuesta miles de millones de dólares, los atractivos precios de las materias primas, especialmente los del oro, han atraído a cientos de cazafortunas al riesgoso negocio de la minería informal.

 
"Las regulaciones de la región son básicamente sólidas. Lo que hace falta es que se cumplan más porque cuando ingresas a una mina subterránea estás poniendo en riesgo tu vida" dijo Luis Castillo, líder de la Federación de Trabajadores Mineros de Perú "Los gobiernos también deben poner atención en el sector porque les genera muchos ingresos tributarios".

El crecimiento de pequeñas minas, que usualmente no tienen licencias, eleva la probabilidad de accidentes debido a que los mineros informales no cuentan con el entrenamiento adecuado y dependen de herramientas rudimentarias para abrirse camino en los yacimientos, según dijo Jorge Pontt, de la Universidad Técnica Federico Santa María, de Chile.

"En general, las grandes compañías cumplen con los estándares internacionales, como el empleo de mano de obra calificada, el uso de moderna maquinaria y récords de seguridad relativamente buenos. Pero hay una gran brecha con las minas pequeñas. Es en ellas donde los estándares de seguridad son bastante bajos", dijo Pontt, experto en asuntos de seguridad en yacimientos.

La Compañía Minera San Esteban Primera, propietaria de la mina San José que colapsó en Copiapó, en el desierto de Atacama, en Chile, dijo que su mina es segura.  Pero el presidente chileno, Sebastián Piñera, despidió poco después del derrumbe en la mina al jefe del organismo regulador del país.
En Venezuela, el gobierno de Hugo Chávez ha enviado este año en varias ocasiones a militares para tratar de controlar a los mineros informales de oro.
 
Pontt advirtió que la única manera para mejorar la seguridad en las pequeñas minas, muchas de ellas productoras marginales que sólo ven ganancias cuando los precios están altos, es con una mayor mecanización y máquinas controladas remotamente.
 
Los sindicatos mineros en México han dicho que el gobierno de Felipe Calderón tolera condiciones inseguras en las minas y hace poco por garantizar que sean escuchados los reclamos de los trabajadores del sector.
 
Chile, Perú y México son importantes exportadores de metales básicos y preciosos, mientras que Venezuela y Colombia están llamando cada vez más la atención de empresas mineras, y Brasil es el mayor productor mundial de mineral de hierro.
 
Las grandes minas desarrolladas y explotadas recientemente en cada país de América latina son igual de seguras que las de Estados Unidos, según Pontt.
 
Incluso, América latina parece ser un lugar más seguro para la minería que China, que tiene abiertas más de un millar de minas de carbón. "Las políticas laborales son mucho mejores aquí que en China", dijo Castillo.

Terry Wade



Agencia Reuters



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